3/6/09

El doctor drogas.Segunda Parte.(videos solamente)

















Nos vemos.

El doctor drogas.Primera Parte.

Como verán Antonio Escohotado es una de las grandes cabezas hoy en día en el momento de hacer foco en un tema nada menor como el de las drogas en la sociedad, les dejo un fragment de su libro “Aprendiendo de las drogas”, donde las cuestión se hace lider en los textos.


Como todos los demás sedantes, las benzodiacepinas moderan la ansiedad y la tensión, induciendo un estado anímico descrito a veces como “tranquilidad emocional” . Experiencias con diversos tipos me sugieren llamar a esa tranquilidad amortiguación de la vida psíquica. Especimenes perfectos de drogas evasivas, la analgesia corporal del opio o la heroína se convierte allí en analgesia mental, desprovista de fantasías y reflexividad. No crean una corriente de ensoñación que comunique conciencia y subconsciente.
Son drogas productoras de conformidad, que inicialmente sortearon los controles legales por revelarse muy útiles para la domesticación. Amansan a monos y gatos, inhiben reacciones de
lucha en ratas y ratones, apaciguan a tigres y leones. Lo mismo sucede con el opio, por ejemplo, pero a nivel humano el opio tiene poco de conformista, ya que la sedación no implica reducir
ideación, mientras aquí se basa precisamente en una ideación reducida o asfixiada. Los prospectos de benzodiacepinas suelen mantener que “estabilizan el estado psíquico sin influir sobre las actividades normales del individuo” . Esto no es cierto. Ya en dosis leves provocan aturdimiento, dificultades para hablar y coordinar la actividad motriz, estupor y resultados afines. Bastan 2,5 miligramos de diazepam (las grageas suelen ser de 5 o 10
miligramos) para crear confusión intelectual a un neófito. De ahí que estén contraindicadas para conducir vehículos y manejar maquinaria en general. Por otra parte, no es posible reducir la
ansiedad sin modificar el estado de ánimo, y quien pretenda lo contrario está alimentando una mentira. Varios conocidos –de muy distintas edades, condición social y cultura- padecieron
trastornos serios por suspender un uso regular de estos tranquilizantes. En realidad, creo que más allá de los cuarenta años como un tercera parte de los occidentales usa benzodiacepinas para combatir estrés o insomnio, siendo por ello importante que sus riesgos sean de dominio público. Otra cosa es que puedan hacer frente sin ayuda química a las circunstancias de la vida actual, pues quien se somete al conjunto de condiciones imperantes en nuestras ciudades tiende
de modo espontáneo a padecer ansiedad y problemas de sueño.
Debe tomarse en cuenta, por último, que las benzodiacepinas producen efectos muy distintos en dosis leves y dosis altas. Por ejemplo, el flunitrazepam (Rohipnol, etc.) es narcótico
en una banda que abarca desde 0,25 a 2 miligramos, pero por encima de ella crea cuadros de desinhibición y gran actividad, casi siempre muy agresivos, acompañados por amnesia y
ausencia de cualquier sentido crítico. Comprado o detraído de las farmacias por toneladas, este específico es el fármaco por excelencia en reformatorios y penitenciarías españolas, donde causa la mayoría de los conflictos atribuidos a “ la droga”.